La desnutrición crónica en Ecuador: principios para erradicarla
La desnutrición crónica es un problema complejo que afecta a millones de personas en todo el mundo, incluyendo a Ecuador. Al menos 7.000 niños mueren en el mundo a causa de la desnutrición, según datos de Unicef.
Esta condición se caracteriza por un déficit prolongado de nutrientes esenciales durante los primeros años de vida, lo que resulta en un crecimiento y desarrollo inadecuados. Lo que se agrava con por malas condiciones de higiene, salubridad, atención médica, entre otros.
En este blog, se abordará la desnutrición crónica en Ecuador, sus cifras y porcentajes de afectación en la niñez, así como su carácter crónico y su costo en varios niveles.
RSe reflexionará sobre la importancia de erradicar la desnutrición crónica y su potencial impacto en el bienestar social, no solo en Ecuador, sino a nivel mundial.
La desnutrición crónica en Ecuador
La desnutrición crónica es un grave problema de salud pública en Ecuador, especialmente en las zonas rurales y comunidades indígenas. Según datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC), el 24.4% de los niños menores de cinco años en el país sufren de desnutrición crónica. Estas cifras reflejan la magnitud del desafío que enfrenta Ecuador en la lucha contra esta problemática. En la región, Guatemala y Ecuador encabezan la lista de los países más afectados por la DCI con el primero y segundo lugar, respectivamente; con los niveles más grandes.
El carácter crónico de la desnutrición y sus consecuencias
El carácter crónico de la desnutrición se da porque afecta al desarrollo físico y cognitivo de los niños durante sus primeros años de vida, dejando secuelas que pueden persistir a lo largo de los años, aseguran especialistas.
Los niños y niñas desnutridos tienen un mayor riesgo de retraso en el crecimiento, problemas de aprendizaje y menor rendimiento académico. La desnutrición crónica también está asociada con un mayor riesgo de enfermedades en la edad adulta como la diabetes y problemas cardiovasculares.
El costo de la desnutrición a nivel de vidas, económico y social
La DCI tiene un costo humano, económico y social significativo para Ecuador. A nivel de vidas, representa una amenaza para la salud y el bienestar de los niños, afectando negativamente su calidad de vida y su futuro. La desnutrición crónica tiene un impacto en el sistema de salud, aumentando la carga de enfermedades y los costos asociados con la atención médica.
En Ecuador el 23,1% de niños y niñas menores de cinco años tienen desnutrición crónica infantil o retraso en su crecimiento. La cifra es aún más alta (28,7%) en las comunidades rurales.
La estadística se profundiza más porque en el ámbito económico, la desnutrición crónica puede tener efectos negativos en la productividad y el desarrollo del país. Los niños y niñas desnutridos tienen menos probabilidades de alcanzar su máximo potencial intelectual y físico, lo que puede afectar su capacidad para contribuir al crecimiento económico de Ecuador en el futuro.
A nivel social, la DCI puede perpetuar el ciclo de pobreza y desigualdad. Los niños y niñas con esas condiciones tienen menos oportunidades de acceder a una educación de calidad y pueden enfrentar mayores barreras para salir de la pobreza en la edad adulta.
Según especialistas, erradicar la desnutrición crónica en Ecuador es un imperativo moral y una necesidad para el bienestar social del país. Al invertir en la nutrición y el desarrollo integral de los niños, se sientan las bases para un futuro más justo y próspero para todos los ecuatorianos.
Fundación CRISFE, organización ecuatoriana sin fines de lucro
Trabaja en varios ámbitos para abordar a la DCI. Por ejemplo, en junio de 2023 se presentó el Reporte de la Nutrición, un informe investigativo que contó con la participación de especialistas en el que se discute las causas, posibles soluciones y el panorama de la DCI en el país. Accede al reporte aquí
Por otro lado, Fundación CRISFE trabaja en varios territorios en donde busca generar hábitos saludables. En la parroquia de Río Negro, en el cantón Baños de Tungurahua, junto al Instituto de Salud de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador se lleva a cabo el proyecto Río Negro Saludable con el que se realiza un diagnóstico de la salud en esa parroquia. Junto a varios actores se han fortalecido unidades médicas y se ha buscado educar a líderes y lideresas para que pongan especial atención a la salud de la parroquia y mejorar la nutrición.
Mientras que en la Unidad Educativa San Gabriel de Guachapelí, ubicada en la comunidad de Cañaveral del cantón Pedernales en Manabí; los estudiantes de la institución, que cuenta con el asesoramiento técnico de Fundación CRISFE, reciben desayunos y refrigerios saludables que les permiten mejorar su alimentación.
Fundación CRISFE también arrancó un proyecto junto a la Universidad Católica de Cuenca con el que se pretende atender a 1000 niños y niñas junto a sus familias de la provincia de Morona Santiago, a través de diagnósticos y tratamientos dentales que fortalecerán su salud y nutrición.
La DCI es un problema de salud pública, pero al ponerla de manifiesto y generar acciones en distintos ámbitos se pueden buscar soluciones replicables y escalables para combatirla.