La salud mental cumple un rol importante en el rendimiento académico de estudiantes
En los procesos educativos influyen un sinnúmero de variables para que los y las estudiantes obtengan buenos resultados académicos y logren un aprendizaje adecuado. Desde el contexto familiar en el que se desempeñan hasta sus emociones toman un rol importante a lo largo del camino educativo. Existe una relación entre salud mental y rendimiento académico, ya que los estudiantes se enfrentan a desafíos diarios en donde la inteligencia emocional y el procesamiento de pensamientos puede ayudar a que su rendimiento sea el mejor. En este blog, nos proponemos dar un vistazo a cómo el bienestar emocional influye en la capacidad de aprendizaje y memoria, pero también para el desarrollo de habilidades.
La influencia de la salud mental en el rendimiento académico
El psicólogo alemán Reinhard Pekrun, en su artículo titulado ¨El impacto de las emociones en el aprendizaje y el rendimiento: Hacia una teoría de los mediadores¨ destaca que existen emociones positivas (esperanza, orgullo) y negativas (ansiedad, vergüenza, desesperanza). Las primeras pueden influir de forma favorable en el rendimiento escolar y las segundas es posible que tengan un resultado ambivalente, obstaculizando la capacidad de los estudiantes para rendir al máximo de sus capacidades.
El artículo ¿Cómo afecta la salud mental en el rendimiento escolar?, publicado por la Universidad Nacional Autónoma de México UNAM, menciona que sin salud mental las probabilidades de que los estudiantes retengan información baja, ya que su atención no estará enfocada al cien por ciento en el aprendizaje. De allí la importancia de que los alumnos puedan tener un acompañamiento adecuado a lo largo de su carrera estudiantil.
Existen diferentes factores que influyen en la salud mental de un estudiante desde su alimentación, su entorno económico y familiar, hasta su salud física. El artículo acota que si bien no todos esos factores están en control de los maestros e instituciones educativas, sí existen herramientas metodológicas que se pueden implementar durante el proceso educativo para que las personas aprendan a ser resilientes.
Construyendo Entornos Educativos Saludables
En este contexto, las interacciones en el aula y con la familia contribuyen a los esquemas cognitivos y afectivos del estudiante, influenciando su bienestar emocional y, por ende, su rendimiento académico.
Para fomentar una óptima salud mental y su correspondiente impacto beneficioso en el rendimiento académico, resulta esencial implementar diversas estrategias:
Crear ambientes seguros y de apoyo:
Según la Ley Orgánica de Educación Intercultural de Ecuador (LOEI), actualmente vigente en el país, menciona en algunos de sus artículos la intención de que las instituciones educativas deben convertirse en verdaderos refugios de seguridad y apoyo, donde las necesidades emocionales y psicológicas de los estudiantes no solo sean reconocidas, sino activamente atendidas.
Esto se puede lograr a través de la implementación de programas de asesoramiento accesibles, la capacitación del personal docente y administrativo en primeros auxilios psicológicos y la promoción de una cultura escolar que priorice el bienestar mental sobre la competitividad excesiva. Crear un espacio seguro también implica fomentar un ambiente inclusivo y libre de acoso, donde todos los estudiantes se sientan valorados y respetados.
Desarrollar habilidades de afrontamiento y resiliencia:
Enseñar a los estudiantes a gestionar el estrés y a desarrollar resiliencia es fundamental para su éxito tanto académico como personal.
Según un artículo publicado en la página web de la Universidad Internacional de la Rioja, ¨Trabajando la resiliencia en el aula¨ esto se puede fomentar mediante programas que enseñen técnicas de manejo del estrés, como la meditación, la atención plena (mindfulness) y la gestión del tiempo. Además, es importante promover la resiliencia a través de la educación emocional, donde los estudiantes aprendan a identificar y expresar sus emociones de manera saludable, reconozcan sus fortalezas personales y sepan cómo recuperarse de los fracasos y los contratiempos.
Proporcionar oportunidades para que enfrenten desafíos en un entorno controlado y recibir retroalimentación constructiva también puede ayudar a construir su resiliencia.
Involucrar a la familia y comunidad:
En el estudio; ¨La educación emocional en la salud primaria¨ publicado por la Universitat de Barcelona, se afirma que el papel de la familia y la comunidad es crucial en el desarrollo de un entorno propicio para la salud mental de los estudiantes. Las familias pueden apoyar creando un ambiente estable y amoroso, donde se fomente la comunicación abierta y se escuchen las preocupaciones de los estudiantes sin juicio.
Las escuelas pueden facilitar este proceso ofreciendo talleres y recursos para los padres sobre cómo apoyar la salud mental de sus hijos. Además, la colaboración con organizaciones comunitarias puede proporcionar recursos adicionales y oportunidades para que los estudiantes se involucren en actividades fuera del ámbito académico, lo que puede mejorar su bienestar emocional y sentido de pertenencia.
Implementando estas estrategias de manera integral, las instituciones educativas pueden desempeñar un papel vital en la promoción de la salud mental y el bienestar emocional, lo que a su vez puede traducirse en un mejor rendimiento académico y una mayor satisfacción y felicidad en la vida de los estudiantes.
Un compromiso de todos: Forjando ambientes educativos seguros
Este esfuerzo conjunto debe enfocarse en crear espacios donde la seguridad emocional y física sea una prioridad indiscutible, permitiendo así que cada estudiante explore y desarrolle sus capacidades en un entorno de apoyo y respeto, aseguran especialistas. Al fortalecer este compromiso por la salud mental y la educación, se aboga por una educación que no solo busca la excelencia académica, sino que también promueve la resiliencia y el bienestar emocional, equipando a los estudiantes con las herramientas necesarias para navegar por la vida con confianza y adaptabilidad.
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