La formación técnico profesional aporta al desarrollo de Ecuador y el mundo
La formación técnico profesional aporta al desarrollo de Ecuador y el mundo
Con el fin de lograr una mejor igualdad social, los países de Latinoamérica y el Caribe impulsan la formación técnico profesional. Ecuador no es la excepción. El país cuenta con un plan nacional para fortalecer la inserción laboral de los bachilleres técnicos en el país. Este tipo de educación se compone de programas educativos orientados al desarrollo de habilidades y destrezas para el trabajo.
La formación técnico profesional es una modalidad educativa de nivel secundario y superior. En Ecuador, de acuerdo con lo establecido por la Ley Orgánica de Educación Intercultural (LOEI), las personas tienen la opción de cursar un bachillerato técnico. La LOEI establece que este debe ofrecer “una formación complementaria en áreas técnicas, artesanales, deportivas o artísticas que permitan a las y los estudiantes ingresar al mercado laboral e iniciar actividades de emprendimiento social o económico”.
De acuerdo con cifras presentadas por el Ministerio de Educación de Ecuador, anualmente 70 000 estudiantes se gradúan de un bachillerato técnico. Hasta agosto del 2021, había 283 000 personas que estaban formándose bajo esta modalidad en 1 068 unidades educativas.
Fundación CRISFE a través de su programa de Educación apoya a jóvenes que buscan cursar un bachillerato técnico, los que les permitirá adquirir habilidades para la vida y que serán fundamentales para su desarrollo personal y profesional. Gracias a ello nuestros beneficiarios aportan con sus conocimientos y destrezas en diferentes ámbitos.
El impulso de la formación técnico profesional contribuye al

desarrollo territorial

En un estudio difundido en el 2018 por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) sobre la educación técnica en Ecuador, se detalla que esta modalidad “aparece como una alternativa viable para aquellas personas que, por distintas razones, buscan una incorporación temprana en mercados laborales”. Su impulso permite el cumplimiento de los objetivos de políticas productivas y sociales. Esto se debe, de acuerdo con el informe de la Cepal, a que la formación técnica mejora la empleabilidad de las personas y facilita su capacitación para que ellas, a la par “influyan de manera positiva en la productividad y mejora de la calidad y competitividad de productos y empresas”.
Gestión de proyectos de formación técnico profesional
El programa de Educación de

Fundación Crisfe

impulsa el aprendizaje en áreas técnicas
Fundación Crisfe contribuye a la mejora de la calidad de vida de grupos de atención prioritaria con sus programas de educación. En 2019, más de 39 000 personas se beneficiaron de programas como el Bachillerato Técnico para personas con Discapacidad Intelectual (EINA). Con una inversión de $90 646,63, apoyamos con becas técnicas de continuidad a 149 personas. Estas becas se entregan a nuestros beneficiarios que ya llevan más de un período académico con esta ayuda, para que puedan concluir sus estudios en cualquier nivel. Por otro lado, gracias a una inversión de 117 904,78 brindamos becas técnicas nuevas a 179 personas.
Sabemos que una educación técnica de calidad es clave en la lucha de los países por superar la pobreza y la desigualdad. Por ello, queremos impulsar la incorporación exitosa de nuestros beneficiarios en los mercados laborales al permitir que se formen de acuerdo con lo que los mercados laborales requieren y dándoles la oportunidad de continuar con sus estudios.
Para fortalecer los procesos educativos de calidad, contamos con programas de educación que promueven iniciativas innovadoras y oportunidades de interaprendizaje para los actores de la comunidad educativa. Logramos esto gracias a asistencias técnicas y becas que brindan apoyo financiero para la implementación de proyectos educativos de alto impacto social. Esto nos ha permitido transformar la calidad de vida de las personas, pues las dotamos de herramientas para su desarrollo.
La

formación técnico profesional

como un

servicio a la comunidad

En el 2010, la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI) dijo que esta formación es una de las herramientas más potentes para favorecer el desarrollo económico y social de un país. Pero todo empieza en las comunidades. Una educación técnica de calidad es clave en la lucha por superar la pobreza y la desigualdad.
De acuerdo con el estudio de la Cepal, la formación técnico profesional es preferida en mayor medida por hombres y personas de pueblos indígenas. Su penetración es mayor en las zonas rurales del país. Gracias a ella, las personas pueden capacitarse en campos que van desde la salud hasta la administración. El portal Universidades de Ecuador sostiene que las 5 carreras técnicas más demandadas del país son:
  • Mecánica Industrial
  • Mecánica Automotriz
  • Desarrollo de Software
  • Electromecánica
  • Construcción
Los técnicos en estas áreas son un gran apoyo para sus comunidades, pues se convierten en profesionales de mano de obra que están calificados y capacitados para sectores como el agropecuario, comercio, transporte y más. Cumpliendo así con lo establecido por el Sistema de información de Tendencias Educativas en América Latina (Siteal) sobre la formación técnica profesional como la educación que imparte “conocimientos y destrezas o capacidades para el mundo de trabajo”.
Gestión de proyectos
de formación técnico profesional
La implementación adecuada de la formación técnico profesional, dice la Cepal, contribuye a los tres pilares de la Agenda de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas, pues es una manera de “impulsar el desarrollo económico, la igualdad social, la inclusión y la sostenibilidad de los países”. La clave para alcanzar estos objetivos está en que el aprendizaje se de a lo largo de toda la vida con oportunidades de aprendizajes abiertas para todos y una oferta que sea capaz de transformarse y expandirse.