Situación e innovación crediticia del Ecuador en cifras
Los créditos siguen siendo uno de los principales motores de reactivación económica en el país después de la pandemia. En los últimos meses ha habido un aumento en la demanda de operaciones crediticias; según cifras publicadas en el reporte de enero a julio 2022 de Asobanca.
Créditos entregados por la
banca privada
Según esta entidad, los nuevos créditos entregados, entre enero a julio de 2022, ascendieron a USD 17.497 millones, lo que representa un 25% de crecimiento respecto al mismo periodo del año anterior. Solo en agosto del 2022 el volumen de créditos de la banca privada fue de USD 2.683 millones.
De estas operaciones, el 75% de nuevos créditos fueron otorgados a sectores productivos, con el fin de apoyar a microemprendedores, pequeñas, medianas y grandes empresas que necesitan financiamiento para continuar con su crecimiento y así también mover la economía del país.
Por otro lado, el Banco Central informó que la mayoría de operaciones crediticias registradas corresponden al microcrédito. Este segmento tuvo un crecimiento del 39% entre enero y julio del 2022 en comparación con el mismo período en 2021.
El rol del crédito en la economía es importante. Permite adquirir bienes, servicios, terrenos, materias primas a los emprendedores y por otro lado alivia la presión financiera de las familias que se enfrentan a los efectos del desempleo y la inflación.
Pero el acceso a los servicios bancarios todavía se enfrenta a retos a nivel nacional. Más de la mitad de ecuatorianos tiene acceso al sistema financiero, pero no todas las personas lo usan. El Índice de Inclusión Financiera de Credicorp le otorga al país un puntaje de 46,9.
Esta cifra mide el acceso, el uso y la calidad de los servicios financieros para la población. Si se habla específicamente del acceso al sistema financiero, el país tiene un puntaje de 43,3 mientras que el uso de productos o servicios financieros tiene una calificación de 30,2.
El principal reto sigue siendo llegar a las poblaciones rurales. Según Global Findex, el 41% de ecuatorianos de bajos ingresos no tiene una cuenta de ahorros, lo que los mantiene excluidos de la banca formal y de una gran cantidad de oportunidades de desarrollo.
Una investigación del medio de comunicación Primicias mostró que, si bien el país está en una mejor posición en comparación con otros países vecinos como Colombia, Perú y Bolivia, todavía hay brechas que cerrar, pues la mayoría de personas que no tienen cuenta de ahorros se encuentran en poblaciones de difícil acceso y zonas rurales.
En este sentido, es más importante que nunca apalancarse en la innovación tecnológica para cerrar estas brechas. Las herramientas como el Big Data permitirán construir los perfiles crediticios para clientes que no tienen un historial financiero usando información de pago de servicios básicos o telefonía móvil.
Las Apps Bancarias también permiten expandir los
servicios financieros
.Dado que el 77,8% de la población tiene acceso a dispositivos móviles, este canal es uno de los más eficaces para conectar la banca con las personas. De esta forma se puede ofrecer créditos y microcréditos tanto para adquirir bienes de consumo como para impulsar sus emprendimientos y así impulsar el desarrollo de los sectores más vulnerables del país.
El mayor alcance de los créditos también llega acompañado de una reducción en las tasas de interés. Desde mayo del 2021 se mantiene una reducción en la tasa de interés en los 13 segmentos de crédito que existen en el Ecuador.
- En
créditos de consumo
, la tasa de interés bajó del 17,3% a casi el 16%. - En el
microcrédito minorista
la tasa pasó del 28,5% en mayo del 2021 a 19,8% en marzo del 2022. - En el segmento de
crédito educativo
, la tasa bajó de 9,50% a 8,58% en el mismo período.
Después del remezón económico sin precedentes causado por la pandemia del coronavirus, queda claro que los créditos han sido una de las herramientas más importantes para reactivar la economía del país. Esto se evidencia tanto a nivel productivo como a nivel de consumo.
En el sector productivo han permitido a los emprendedores continuar con su producción, mantener y generar empleo, mejorar sus procesos y acceder a nuevos mercados mientras que a los consumidores les ha permitido alivianar el impacto de la crisis económica pagando deudas, invirtiendo en bienes y servicios y moviendo el mercado nacional.
De ahí la necesidad de que las operaciones crediticias continúen fluyendo entre todos los sectores para continuar desarrollando la economía de las personas y la sociedad. En definitiva, para alcanzar una sociedad más equitativa en la que las oportunidades lleguen a todos los sectores del Ecuador, especialmente a los más vulnerables y a aquellos que trabajan para el crecimiento económico del país.
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